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¿Cuántas veces hemos sentido ansiedad, preocupación, tristeza y para sobrellevar estas emociones nos hemos refugiado en la comida? Cuando esto se convierte en un hábito comenzamos a depender completamente de la comida para satisfacer nuestras necesidades emocionales. Nos llegan muchos pacientes con problemas de alimentación a raíz de sus emociones y es por esto que en este blog te ayudaremos a buscar la solución.
Adaptarnos a un estilo de vida con esta nueva normalidad es un reto. Hoy en día a raíz de la pandemia, es muy común escuchar a pacientes decir que han “comido de más” y una de las razones principales va mas que nada por el lado emocional: ansiedad, aburrimiento, estrés, tristeza, preocupación, incertidumbre, felicidad, nervios, etc.
Pero… ¿Qué pasaría si te dijéramos que esto tiene solución? Muchas veces creemos que comemos porque tenemos hambre. Y aquí viene lo importante… nuestro cuerpo tiene que aprender a identificar y distinguir cuándo tiene hambre y cuándo se está dejando llevar por las emociones que esta sintiendo en ese momento.
Comer es un acto fisiológico necesario para vivir, pero este puede estar influenciado por muchos factores entre ellos el emocional. El problema esta cuando buscamos canalizar todas estas emociones y sentimientos por medio de la comida y el cerebro empieza a asociar ese alimento o el hecho de comer con una emoción. Por ejemplo: estar triste y comer chocolates o estar feliz y comer todo lo que pueda, etc.
Por lo tanto, otro punto súper importante que tenemos que recalcar es saber diferenciar entre el hambre emocional y el hambre fisiológica. ¿Y cómo es esto? El hambre fisiológica no genera sentimientos negativos, está abierta a varias opciones de comida y es gradual. Y, por otro lado, el hambre emocional es urgente, hay un deseo de comer cierto tipo de alimento, no hay esa sensación de plenitud y a la larga genera un sentimiento de culpa. Pero también hay que diferenciar entre comer emocionalmente y comer por antojo. Todos tenemos antojos por ciertos alimentos de vez en cuando, pero este a diferencia, está controlado por el factor de saciedad.
Entonces TwoHealthers, muchas veces creemos que necesitamos ir con el médico o nutriólogo para solucionar nuestro problema con la comida, cuando el verdadero problema está en lo emocional. Vivimos con un tabú super grande sobre la salud mental y de ir al psicólogo… ¡No le tengan miedo! ¡Recuerden que la salud mental – emocional es igual de importante!
Te invitamos a que escuches más sobre el tema en nuestro podcast!