¿Cuánto se sabe realmente acerca de la bebida más famosa del mundo?
Lo que todos sabemos y siempre nos han dicho es que la Coca-Cola le hace daño a nuestra salud ¿no? ¿Pero te has preguntado por qué y cómo? Además, muy seguramente ya has pensado que al tomar la presentación “light” deja de ser perjudicial ¡PERO NO! Sigue siendo igual o peor en algunos casos. ¿Lo sabías?
Gran parte del consumo desmesurado del refresco es debido al nivel de desinformación que existe sobre los productos alimenticios, los ingredientes más utilizados y sus efectos en la salud.
El conocer la manera en que este tipo de bebidas afecta nuestra salud nos ayuda a tener más consciencia sobre qué permitimos que entre a nuestro cuerpo y qué no. Es por esto que explicaremos más a detalle cuáles son las principales características de este refresco y las graves consecuencias que puede tener su consumo a largo plazo.
¡Te aseguramos que después de conocer esta información, lo pensarás más de dos veces antes volver a tomarla!
Primero lo primero: ¿Cuáles son sus ingredientes?
- Agua carbonatada. Este ingrediente no repercute directamente en nuestra salud pero, al estimular la secreción del jugo gástrico, puede estar contraindicado en personas que padecen de gastritis, reflujo o acidez.
- Azúcar. Representa el segundo ingrediente de esta bebida, lo que significa que su contenido es altísimo. Entre estos azúcares se encuentra el jarabe de maíz de alta fructosa, un sustituto de azúcar muy utilizado en la industria alimentaria debido a su bajo costo ¿qué quiere decir esto? Es de muy mala calidad. Estudios demuestran que provoca un mayor aumento de peso, mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, hipertensión arterial e hipercolesterolemia.
- Cafeína. Se sabe que la cafeína es segura mientras se consume con moderación, pero si se ingiere en cantidades elevadas, se puede volver tóxico y dañino para nuestra salud. La cantidad en una sola botella regular de Coca-Cola seguramente no te hará daño, el problema es que la mayoría de las personas se toman más de una y la consumen diariamente o incluso la adquieren en presentaciones más grandes.
- Ácido fosfórico. Es un compuesto químico al que se le atribuye esa sensación de frescura y acidez característica del refresco. Es considerado un ingrediente peligroso y altamente dañino, pero no nos genera daño inmediatamente porque en la bebida se encuentra en concentraciones pequeñas. Sin embargo, las consecuencias ocurren tras su consumo a largo plazo. Estudios demuestran que su consumo regular disminuye la absorción de calcio en el organismo y, en consecuencia, debilita los huesos e incrementa la posibilidad de padecer osteoporosis y sufrir fracturas.
- Conservadores, colorantes y aditivos. Su principal colorante es el Caramelo clase IV y está hecho con amoníaco y contiene metilimidazol, compuesto químico que se ha demostrado que aumenta el riesgo de padecer cáncer.
Valor nutrimental
En 100 ml del producto hay 10.6 g de azúcares añadidos, más del doble del mínimo de azúcar que se recomienda que tenga un producto. Contiene 0 g de proteínas, 0 g de grasas, puro azúcar, conservadores, colorantes y acidulantes.
Dicho de otra manera, una bebida de solo 600 ml (tamaño más consumido) contiene 63 g de azúcar, la misma cantidad que representan casi 13 cucharaditas. Un adulto promedio tolera de 5 a 7 cucharaditas, es decir, su contenido representa del 180 al 252% de lo que se debe consumir en todo un día.
Y si un niño consume esta misma cantidad, estaría ingiriendo del 315 al 420% de la azúcar máxima tolerada para todo el día, ya que no deben consumir más de 3 a 4 cucharaditas de azúcar diarias. Los niños son más vulnerables a los efectos adictivos de la cafeína, azúcar y edulcorantes artificiales en grandes cantidades. ¡Imagina comenzar desde muy pequeño con estos hábitos!
México encabeza la lista mundial de consumidores de refrescos con un promedio de 163 litros por persona al año. No es sorpresa que también ocupe el lugar #1 MUNDIAL en obesidad infantil, y el segundo en obesidad en adulto. Hasta hace poco todavía la diabetes tipo 2 sólo se observaba en los adultos, pero en la actualidad también se está manifestando en los niños y jóvenes.
“Contiene 0 g de proteínas y 0 g de grasas, puro azúcar, conservadores, colorantes y acidulantes”
Consecuencias por su consumo a largo plazo
Es bastante fácil elevar el consumo calórico diario con las bebidas sin darnos cuenta y mucho más cuando éstas tienen una elevada cantidad de azúcar como los refrescos. Entonces, si tomas 1 o 2 botellas de Coca-cola al día o varias veces a la semana, seguramente estás consumiendo más del doble de tus calorías requeridas al día, por lo que su consumo a largo plazo aumentará tu riesgo de padecer sobrepeso y obesidad.
El exceso de grasa desencadena un grupo de condiciones conocido como “Síndrome metabólico”, dentro de los que se encuentran: alteraciones en los niveles de glucosa en sangre, hipertensión arterial y dislipidemias (niveles elevados de colesterol, triglicéridos y niveles bajos de HDL) Y entre más factores se reúnen, mayor será el riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca, diabetes tipo 2 o un accidente cerebrovascular.
¿Entonces es mejor tomar la Coca-cola light o zero?
¿Por qué se considera un refresco “de dieta”? ¿Cómo le hacen para que tenga 0 calorías?
Lo que sucede con este tipo de bebidas “light” o “zero” es que reemplazan el azúcar por edulcorantes artificiales como la sacarina, ciclamato, aspartame y es por esto que no contiene calorías. Son de los edulcorantes más baratos en la industria alimentaria y, por ende, de muy mala calidad. ¡OJO! Anteriormente, se ha relacionado al aspartame con el desarrollo de cáncer, linfomas y leucemias en animales de laboratorio.
La investigación ha demostrado que las bebidas dietéticas también pueden causar grandes problemas a la salud. Un estudio del 2012 publicado por American Journal of Clinical Nutrition, encontró que los hombres que bebían al menos 1 refresco dietético al día tenían un riesgo más alto de desarrollar mieloma múltiple y linfoma no Hodgkin, que los hombres que no lo consumían en lo absoluto.
Otro estudio encontró que el consumo de 2 o más bebidas endulzadas artificialmente al día tiene un riesgo de muerte del 26% más alto, en comparación con las bebidas endulzadas con azúcar que aumenta el riesgo en un 8%. Además, se ha observado que si se consumen refrescos con endulzantes artificiales a largo plazo, aumenta 2 veces más el riesgo de sufrir un infarto en los próximos 10 años.
Un estudio observacional demostró un vínculo entre las bebidas endulzadas artificialmente y un mayor riesgo de enfermedades cardíacas entre las mujeres sin antecedentes. También se ha demostrado que el consumo diario de refresco a la semana duplica el riesgo de padecer una enfermedad renal y una menor densidad ósea de 3.7 a 5.7%. Estas bebidas también tienen un efecto negativo sobre la microbioma intestinal, alterándola y afectando así nuestro sistema inmunológico.
Una de las razones por las que los refrescos dietéticos causan tanto daño es que éstos en lugar de satisfacer nuestro gusto por lo dulce, nos dejan con ganas de más, ya que son de 300 a 500 veces más dulces que el azúcar. Es por esto que también se tiene la costumbre de consumir la bebida acompañada de algún otro alimento chatarra (postres, papas, etc.), lo que de igual manera va a aumentar nuestra ingesta calórica y, así mismo, el riesgo de padecer sobrepeso, obesidad y otras enfermedades asociadas.
¿Sigues pensando que es mejor?
¿Has querido dejarla pero no sabes cómo?
Aquí te compartimos algunos tips de cómo puedes empezar:
- Disminuir el consumo de manera gradual y planificada. Por ejemplo, si tomabas una botella de refresco al día, ahora intenta hacerlo por solo 5 días por semana, luego 3, luego 1, etc.
- No comprar botellas grandes, de preferencia las latas pequeñas y pon un límite en su consumo.
- Sustituirlo por otras bebidas. Se puede empezar por bebidas como el té verde, el café o bebidas sin cafeína como aguas de sabor sin azúcares añadidos o infusiones.
- Disponer de un vaso o un termo con agua natural en todo momento y tomar mínimo 1.5 L diarios.
- Aumentar el consumo de frutas y verduras.
En conclusión, disfrutar de una Coca-Cola u otro refresco de vez en cuando no tiene nada de malo, los verdaderos riesgos aparecen cuando se consume a largo plazo. El problema es que su consumo se puede volver tan regular que se convierte en una necesidad, ¡que hasta llegan a sustituir el agua por la coca! Es por esto que es importante empezar a quitarnos el hábito de consumir refresco todos los días con la comida, cena, en las reuniones o fiestas. ¡Recuerden siempre que todo con medida!
¿Deseas saber más sobre este tema? ¡Te invitamos a escuchar el episodio en nuestro podcast!